Es la libertad...

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15 abril 2008

Detrás de la Imbesilidad


ya nos tomamos como cosa cotidiana el enccuentro con el imbécil de turno que amparado en la posibilidad de estar lejos de vos, no verte a los ojos (de frente ni en pedo) y despojado del temor a la reacción de uno o del papelón público de hablar pelotudeces sin la aprobación tácita o explicita de su grupo, se despacha con insultos, difamaciones, frases hirientes y toda la parafernalia de idiotez que lamentablemente es tan conocida. (cosecha 1990)

Tristemente para el cobarde y el mediocre, el recurso de utilizar un espácio público para darle rienda suelta a su estupidez, es algo accesible, gratuito y bastante satisfactorio para lograr el cometido de romper las pelotas.

Hoy boludeando con algunas búsquedas, llegué a un artículo de clarin que me pareció espectacular.

Resulta que entraron al libro de visitas de una página, y publicaron forradas de un matrimonio. La pareja le hizo juicio al webmaster y este se tiene que poner nada menos que con 40.000 pesos.



Transcribo la nota completa:


Cita:
POLEMICO FALLO EN JUJUY

Los dueños de un sitio web fueron condenados a pagar 40 mil pesos en indemnizaciones por permitir que en el libro de visitas de su página se publicaran insultos anónimos. El resarcimiento lo recibirán los destinatarios de esos mensajes sin firma: una mujer cuya fidelidad había sido puesta en duda y su desacreditado marido.

El polémico fallo fue dictado por la Cámara Civil y Comercial de San Salvador de Jujuy; no tiene antecedentes en el país. Si su doctrina se extendiera, podría empezar a modificar las reglas siempre difusas de la red de redes, donde los textos anónimos fluyen sin ningún control. Lo que establece la sentencia —en concreto— es que cada dueño de un sitio en Internet es responsable por lo que se diga allí.

La decisión judicial podría servir de alerta a quienes utilizan libros de visita de diversas páginas para insultar a algún personaje famoso. O para ponerles precios a servicios que ciertas modelos podrían no prestar. Si Marcelo Bielsa algún día se cansara, por ejemplo, podría demandar al dueño de una Web creada al solo efecto de agraviarlo y promover su destitución como director técnico de la Selección Nacional.

En este caso, en el libro de visitas de www.jujuy.com —un portal dedicado a promover el turismo en el norte del país— alguien se tomó el trabajo de detallar las supuestas aventuras de una mujer y sus ocasionales amigos. Lo hizo colocando nombres y apellidos de los involucrados. Pero obviando el suyo propio.

Apenas descubrió esto, el matrimonio inició una demanda. Y a falta del autor de las infamias, se dirigió contra los dueños del sitio. Eso fue lo primero que resolvió la Sala Primera de la Cámara jujeña: perfectamente correspondía que el juicio lo afrontaran el ingeniero en sistemas y el diseñador que manejan www.jujuy.com. Más aún —dijeron los jueces— cuando en el propio sitio hay un cartelito que ruega moderación en los mensajes bajo pena de ser retirados, lo que para el tribunal fue prueba de que se omitió borrar, justamente, éstos.

Los mensajes en sí fueron calificados como "rumores insidiosos" y "agraviantes", creadores de "una situación de humillación" para la pareja mencionada. "El paralelismo con la problemática de los delitos cometidos por medio de la prensa escrita u oral es evidente", concluyeron los camaristas Víctor Farfán y Rosa Caballero de Aguiar.

Para fundamentar la condena, apelaron a un artículo del Código Civil —el 1113, segunda parte— que prevé que los dueños de una cosa son responsables por los riesgos que ella pudiera ocasionar. A diferencia de otros antecedentes, entendieron que un portal es técnicamente una cosa, porque "la energía informática es susceptible de apropiación". El riesgo concretado consistió en que alguien, escudado en el anonimato, provocó un daño moral como éste. Las indemnizaciones que deberán pagar los dueños del sitio son de 20 mil pesos para la mujer acusada de infiel y otro tanto para el esposo.

http://old.clarin.com/diario/2004/08...ad/s-05101.htm

Hay veces que nos tomamos a la joda situaciones, y las mismas crecen hasta que el límite se supera.
Cual límite? el de la paciencia que cada uno de nosotros tenemos. Porque mas allá de la paciencia nuestra, LEGALMENTE no parece haber otro límite que superar.
Que bueno sería que los medios legales se encarguen de limitar estas cosas, como para que por lo menos los sitios le pongan un costo adicional a la explotación de estos imbéciles, que generan hits a cambio de ser provistos de espacio para despuntar su taradez.


ECHALE LA CULPA A OTRO

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